Los aviones y los hospitales no permiten el uso de celulares porque las transmisiones electromagnéticas interfieren con aparatos eléctricos sensibles. Esta interferencia también ocurre en el cerebro. Todos nuestros pensamientos, sensaciones y movimientos nacen de bioelectricidad generada por neuronas y se transmiten por circuitos neuronales muy complejos dentro del cráneo. Señales eléctricas entre las neuronas generan campos energéticos que irradien fuera del tejido cerebral como ondas eléctricas que pueden ser absorbidas por electrodos tocando el cráneo de una persona. Esto quiere decir que se puede medir. Las ondas cerebrales cambian con la actividad mental consciente y subconsciente. Los científicos pueden, además de leer la actividad mental, controlar algunas funciones cerebrales con estimulación magnética. En esta técnica, se usa una señal transcranial de estimulación magnética muy potente para excitar o suprimir ciertos circuitos cerebrales. Aunque los teléfonos celulares tienen una señal transcranial de estimulación magnética mucho menos potente, sigue siendo el mismo mecanismo.
La Universidad de Tecnología en Melbourne, hizo un estudio para probar si las transmisiones cerebrales alteran las ondas cerebrales de una persona. Monitorearon a 120 personas y se dieron cuenta que cuando el celular transmitía, se incrementaba de manera importante la actividad de ondas alfa. En un segundo estudio, hecho por la Universidad de Loughborough, descubrieron que el cerebro no solo altera el comportamiento de la persona mientras habla, también horas después de haber colgado y comprobaron que el celular afecta la capacidad de conciliar el sueño.
¿Cómo ven?
1 comentario:
suena interesante el tema, solo un comentario constructivo si posteas el origen de la información sería mas que excelente!! saludos!
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